Esta fue mi última pregunta que vino a mi luego de un tiempo de estadía por la nueva era y de regresar a Jesucristo, ¿Por qué mucha gente luego de ver este engaño y aunque creen técnicas ("más") psicológicas de sanación y desprogramación no aceptan a Jesucristo como su Señor y salvador, sino que lo meten en el mismo saco de todos los maestros falsos o cuando mucho no lo niegan pero tampoco lo declaran con su boca?, debo aclarar que yo renuncié a todos mis "dones" y me fueron desactivados inmediatamente y estoy en paz con eso, ya nada queda en mí de telepatía, de comunicaciones provenientes de otras dimensiones, y también entendí que lo que experimentaba era más como visión remota o bilocación (como se explica en un articulo anterior) que proyección astral; esto sí se me daba con facilidad y si hubiese querido a voluntad pero temprano entendí que no era algo que debiese usarse para curiosear o fines egoistas así que las veces que me sucedió fueron repentinas, por eso y por tener miedo a que me respondiera algo que no fuera una fuente "confiable" dejé de hacer preguntas, y empecé a ser más paciente para aprender cómo funciona el Espíritu Santo (cosa que aún no sé distinguir completamente), sin embargo se me respondió intuitivamente algo como esto:
"Porque es la última prueba a superar, y es la última apuesta que hará Satanás porque se pierda en sus mentiras un alma poniendo en su mente la duda de que Jesús fue realmente Dios vivo y que la redención venga gratis por fe, con su aceptación y su sangre"
Y pensándolo tiene tanto sentido que fuimos capaces de creer sin cuestionar en falsos dioses, pero el que a Jesucristo no pudiese aceptar viendo con hechos que la biblia es una palabra profética y que las señales se cumplen diariamente a nuestro alrededor, sigue envanecido y la soberbia los guiará por otro desviado camino. Y aunque las cosas parezcan ser más duras una vez que le conoces a Él y le concedes toda tu vida hay que confiar en su palabra y superar esta pequeña prueba que será para un bien mayor en el futuro.
1 Pedro 4: 12 - 19
12 Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, 13 sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. 14 Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. 15 Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; 16 pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello. 17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? 18 Y: Si el justo con dificultad se salva ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador? 19 De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.
1 Pedro 5: 2 - 10
2 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; 3 no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. 4 Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. 5 Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes. 6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; 7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. 10 Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.
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